
Biografía de Alfonso II de Asturias, El Casto
Los primeros años
Hijo de Munia y Fruela I, que fue asesinado en el año 768. Cuando este Alfonso murió, era muy joven, y su madre, junto con algunos fieles sirvientes, lo llevó al monasterio de Samos, en Galicia, en las fronteras del Bierzo, para salvarlo de los asaltos del fatídico Aurelio que reinaba en Asturias.
Al morir su tío Silo I, fue llamado a reinar por los magnates palatinos y la reina Adosinda, pero fue desposeído del trono por Mauregato, bastardo de Alfonso I, por lo que se vio obligado a refugiarse en Álava, de donde procedía su madre, y en el exilio vivió durante algunos años, hasta que, hacia el año 791, Bermudo I, sucesor de Mauregato, lo llamó y renunció al gobierno, aunque Bermudo conservó el título y la autoridad de rey.
Cuando se hizo cargo del reino, éste tenía la actual extensión de la provincia, con los límites de las regiones vasca y gallega. Trasladó la corte a Oviedo, que había crecido rápidamente. Mientras tanto, se había casado con doña Berta, viviendo castamente con ella.
A la cabeza del ejército
Como general del ejército asturiano, Alfonso mantuvo varias campañas contra los musulmanes, cuyo emir era entonces Hixem I, y se enfrentó al hajib o primer ministro de éste, Abd-el-Uahid, que penetró en las regiones de Astorga y Lugo causando una gran destrucción.
En Turbia, cerca de Villafranca del Bierzo, Alfonso y Abd-el-Uahid lucharon, y no se puede decir de inmediato quién ganó, ya que tanto los musulmanes como los cristianos reclaman la victoria. La verdad es que los musulmanes volvieron a Córdoba con un rico y abundante botín.
Reinado
Ese mismo año el diácono Bermudo se retiró para cumplir con las obligaciones impuestas por las órdenes sagradas, y Alfonso ya era un rey de facto, aunque es probable que no se le considerara como tal hasta el año 797, cuando murió su tío Bermudo. Tres años antes, en el 794, otro ejército musulmán marchó contra Asturias y hubo una nueva batalla en Lutos o Lodos, ganada por Alfonso según las crónicas cristianas. Poco después trasladó la corte de Cangas a Oviedo, ciudad fundada por Fruela y donde nació.
En 797, y aprovechando las guerras civiles promovidas en la España musulmana por Solimán y Abd-Allah, se rebeló contra su sobrino Al-Hakam, hijo y sucesor de Hixem I, Alfonso tomó la ofensiva y llegó por la Lusitania al Tajo y a Lisboa. Gran botín se reunió en esta excursión, y como ya en aquellos días tenía gran reputación Carlomagno, el monarca asturiano le envió una embajada con ricos regalos tomados del saqueo hecho a los musulmanes y solicitó y obtuvo su amistad y alianza, en la que también entró el hijo de Carlos, Luis de Aquitania. Sin duda, Alfonso aspiraba a formar una gran alianza con los príncipes cristianos de la Galia contra los árabes; pero seguramente sus súbditos no lo entendieron así; creyeron que su rey se había declarado vasallo de Carlos y lo despojaron del trono encerrándolo en el monasterio de Abelania en el año 802, y ese mismo año, Teuda lo liberó, y volvió a ocupar su trono.
Del año 802 al 811, la historia no registra ningún acontecimiento significativo en el reinado de Alfonso II. Del 811 al 813 los árabes invadieron Galicia y fueron completamente derrotados en Vaharon y en las orillas del río Anceo por Alfonso II, quien como resultado de estas victorias pudo tomar posesión de todo el país entre los ríos Miño y Duero.
Tras el saqueo de Álava por Abd al-Rahman II en el año 822, Alfonso derrotó repetidamente a los árabes en Galicia, estableciendo una tregua de doce años, que sirvió para reorganizar el régimen interno de los estados, Alfonso amplió y fortaleció la ciudad de Oviedo y, pensando en convertirla en la nueva Toledo.
Periodos de paz
En los períodos de paz se dedicó a mejorar y ampliar su capital; reconstruyó la iglesia de El Salvador, que fue solemnemente consagrada como basílica episcopal en el año 802, con la ayuda de siete obispos que se habían refugiado en Oviedo, y ordenó la construcción o reconstrucción de los templos de San Miguel, San Tirso, San Julián de los Prados, Santa María del Naranco, hoy capilla del Rey Casto, y el monasterio de San Pelayo.
A un estadio de la ciudad, proveyó de agua a Oviedo por medio de un acueducto cerca de San Lázaro, construyó el hospital de San Nicolás, una muralla y un palacio. Los escritos teológicos del Beato Liébana, algo anteriores a su reinado, son una prueba de los conocimientos teológicos de la época. También fue durante el reinado de Alfonso II cuando se registraron por primera vez las relaciones exteriores del reino de Oviedo, como la embajada con Carlomagno y Pío Ludovico, o la expedición a Lisboa en 797.
Entre los mayores logros de su reinado está la donación de la Cruz de los Ángeles para el templo del Salvador, con una gran cantidad de oro y piedras preciosas, recogidas en las incursiones contra los moros, que la leyenda atribuye a algunos ángeles, aunque por su inspiración parece la obra de orfebres bizantinos. En cada brazo de la reliquia hay una inscripción de oro traducida del latín al que se refiere:
«Este regalo permanece en honor a Dios, siendo recibido con agrado; ofrécelo al humilde siervo de Cristo Alfonso. Con este signo se defiende el bien; con este signo se vence al enemigo. El que se atreva a quitármelo, que lo mate un rayo del cielo, pero cuando mi libre albedrío lo ofrezca. Esta obra se terminó en la Edad de Ochocientos Veintisiete».
Es el escudo de armas de la Catedral de Oviedo y también constituye el escudo de esa ciudad. Otro acontecimiento importante de la época de Alfonso II fue el descubrimiento del cuerpo del apóstol Santiago, que supuestamente había huido a España y fue enterrado en Galicia, aunque su memoria se había perdido. En el año 814, Don Alfonso ordenó la construcción de una catedral en honor al santo, rumor que se extendió por todo el mundo cristiano, aumentando la devoción al santo y trayendo consigo la emigración de muchos peregrinos de Francia, Italia y Alemania.
Muerte
Murió en Oviedo en el año 842; según la crónica del rey Alfonso el Grande, se dice que murió en el año 843, y tomando como primer año de su reinado el del 791, es decir, la abdicación de Bermudo I, se dice que reinó 52 años, 5 meses y 13 días. Según algunos cronistas, tenía 82 años cuando murió; según otros, tenía 85 años.
Fue enterrado en la iglesia de Santa María del Naranco, en Oviedo, donde su humilde tumba se mantuvo intacta. En la catedral de Oviedo, cada 20 de marzo, se conmemora el aniversario de la muerte de este rey, celebrando un funeral en su memoria.
Se le considera el artífice de la creación del Reino de Oviedo, por la reconstrucción de la ciudad realizada y los nuevos edificios construidos durante su reinado y que están incluidos en su testamento del año 812. La convocatoria de los consejos episcopales por Alfonso II, junto con el hecho de que Oviedo fuera una ciudad de refugio para varios obispos que habían huido, hizo que Oviedo fuera conocida como la ciudad de los obispos.
También se le ha llamado el Casto, porque, se tiene el porcentaje que con deseo de una vida más pura y santa, por todo el tiempo de su vida no tocó a la Reina Berta, su esposa. Es dudoso, sin embargo, que haya tenido la oportunidad de tocarla, porque aunque de las crónicas se deduce que estuvo casado con ella y que era una princesa o dama francesa, no hay pruebas de que el matrimonio se consumara o que él viniera a España.
Lo que sí es cierto es que Alfonso murió sin hijos y expresó su voluntad de que los prelados y magnates eligieran para suceder a Ramiro I, hijo de Bermudo I.
Su muerte causó dificultades en la sucesión porque no dejó descendientes directos. El Conde Nepociano se proclamó rey, mientras que Ramiro fue nombrado sucesor legal.
Vídeos de Alfonso II de Asturias, El Casto
Contenido