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Biografías

Carlos II de España: El hechizado

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Carlos II de España: El hechizado
Carlos II de Austria (o de Habsburgo), (El Hechizado). Fue el Rey de España entre 1665 y 1700. Hijo de Felipe IV y su segunda esposa (que también era su sobrina), Mariana de Austria, murió sin descendencia. Este es el fin de la Casa de Austria. El siguiente monarca, Felipe V, pertenece a la Casa de Borbón.

Llegada al mundo

Las crónicas de la época nos dicen que la habitación de la reina en el momento de su nacimiento parecía una sacristía. Las reliquias de las iglesias de toda España estaban esparcidas por toda la habitación y en la cama. Entre otras, había tres espinas de la corona de Cristo, un diente de San Pedro, un trozo del manto de la Magdalena y una pluma de una de las alas del arcángel Gabriel.

Tales eran las creencias y el cariño que los monarcas de la casa de Austria siempre tuvieron. Por otra parte, no se detuvieron hasta el momento del nacimiento, las oraciones en común y el rezo del rosario una y otra vez.

Por fin llegó al mundo el príncipe que sería el heredero de la Corona de España. Antes de su nacimiento, el rey había consultado a los astrólogos sobre el horóscopo de la criatura, y éstos le aseguraron con la mayor seriedad que viviría largos años en medio de la mayor felicidad y prosperidad de sus Estados, ya que cuando vino al mundo, había una situación especial entre los planetas.

Saturno estaba libre de aspectos malignos, en el signo de Escorpio, en conjugación con Mercurio, del que se separaba, y con el Sol, al que se acercaba. Al parecer, el rey Felipe IV cuestionó mucho tales auspicios porque sospechaba que este hijo no sería muy afortunado o saludable.

De hecho, nació con una serie de defectos y malformaciones. Tenía costras en la cabeza que eran demasiado voluminosas; tenía flemas y heridas en la boca; supuraciones y llagas en el cuello, y un color verdoso que no denotaba mucha salud. El rey ordenó que cuando fuera necesario mostrarlo ante el público porque el protocolo así lo ordenaba, se le envolviera bien con sedas y encajes y telas de alta calidad que lo cubrieran por completo, dejando sólo su cara expuesta, y eso lo menos posible.

El príncipe tenía una aya llamada María Engracia de Toledo y veinticuatro nodrizas que lo alimentaron hasta los cuatro años. Durante todo este tiempo mostró una débil salud que no progresaba ni siquiera con los múltiples cuidados o medicinas que se le aplicaban. No pudo mantenerse en pie hasta esa edad; durante esos cuatro años no hizo más que arrastrarse y divertirse con sus juguetes tumbados sobre cojines bien llenos, siempre rodeado de los enanos de la Corte y los bufones.

Cuando alcanzó los nueve años, todavía no había aprendido a leer y escribir. Los intentos que se hicieron al respecto lo cansaron demasiado y su madre la reina eligió mimarlo y no obligarlo a hacer nada. Toda la vida de este hombre, primero príncipe y luego rey, estuvo dominada por su madre, sus dos esposas, su confesor y su medio hermano Don Juan José de Austria (hijo de Felipe IV y María Inés Calderón, una actriz a la que llamaban la Calderona). El príncipe tenía cuatro años cuando su padre el rey murió.

La Boda del Rey


Fue prometido a la joven francesa Marie-Louise d’Orléans que era la sobrina del Rey de Francia Luis XIV. El vínculo se produjo de la manera más simple y extraña. Los novios se reunieron en un pueblo pobre y destartalado llamado Quintanapalla (Burgos), y allí la ceremonia tuvo lugar, sin pompa religiosa, sólo una misa velada y en la modesta casa de un campesino que tal vez sería el hombre más rico del lugar.

El embajador francés Villars tuvo que servir de intérprete entre la pareja. Después, la recepción oficial tuvo lugar en la ciudad de Burgos. La diferencia de educación entre los cónyuges era evidente, diferencia de gustos, salud, apetito y todo. Sin embargo, a pesar de la excelente salud de la nueva reina, el 12 de febrero de 1689, Mª Luisa murió de cólera mórbido, y el rey sobrevivió a ella, débil, enfermizo y psicológicamente enfermo. De nuevo le prometieron, esta vez con doña Mariana de Neoburgo. Aún con esta mujer no tuvo descendencia; el rey no pudo engendrar, según las crónicas.

España a la deriva


Bajo el reinado de Carlos II, la población disminuyó considerablemente. Los 16 millones de habitantes se mantuvieron en 6 millones. El ejército se redujo a 25.000 soldados, todos ellos insatisfechos, hambrientos y mal pagados. El Tesoro y el Comercio estaban en manos extranjeras. El hambre y la pereza se desarrollaron en todo el país y mientras tanto, la reina y su camarilla se aprovecharon de la voluntad del rey y se enriquecieron.

El pueblo sentía una especie de ternura por este rey enfermizo, que a la vez era majestuoso y distinguido a pesar de su físico, pero no perdonaba a los gobernantes ni a los extranjeros que abusaban del estado del país. La única salida era la protesta, pero una protesta anónima por medio de carteles y papeles pegados en las paredes y edificios, que normalmente estaban escritos en verso y con cierta gracia. Eran los famosos pasquines, la única forma de desahogarse sin ir a la cárcel. (Ver explicación en «anécdotas»).

Salud y muerte
Se dice que sus convulsiones fueron causadas por un trauma infantil generado al ver la momia de su padre. A los 8 años, sufrió un resfriado seguido de orina sanguinolenta (probablemente debido a algún daño en los riñones). Carlos era estéril, condición causada por una enfermedad genital, que se debía principalmente al hipogenitalismo, ya que el rey sólo tenía un testículo y estaba atrofiado. María Luisa de Orleáns declaró que el rey sufría de eyaculación precoz, por lo que nunca pudo consumar sus relaciones sexuales, después de un año de matrimonio, seguía siendo virgen.

Su segunda esposa era Marianne de Neo-Burg, pero tampoco pudo consumar sus relaciones sexuales con ella, ya que aparte de sufrir de eyaculación precoz, era impotente. Carlos II se caracterizó por su baja capacidad intelectual y por su falta de higiene (posible causa de tantas infecciones y enfermedades).

Tras la muerte de su primera esposa, el estado mental y físico del rey se agudizó. A la edad de 30 años parecía un anciano de 80 años, con los tobillos y las rodillas siempre hinchados, casi calvo (tuvieron que ponerle una peluca), el color cada vez más amarillento o verdoso, los párpados siempre rojos y el prognatismo de la mandíbula cada vez más acentuado. Además, empezó a torturarse con la idea de que estaba embrujado o poseído, tenía alucinaciones y su vida se convirtió en un tormento.

La gente de su tiempo también comenzó a pensar si el hechizo no era cierto. Su muerte fue lenta y dolorosa y terminó el 1 de noviembre de 1700, a la edad de 39 años. Había firmado el testamento a favor del Príncipe Elector de Baviera, pero murió antes que Carlos. Firmó entonces a favor de Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV, según la presión recibida en su lecho de muerte.

Su autopsia diagnosticó que el cadáver no tenía ni una gota de sangre, su corazón era extremadamente pequeño (afirman que era del tamaño de un grano de pimienta), sus pulmones estaban corroídos y su intestino estaba enganchado y podrido. Sólo tenía un testículo, negro, y su cabeza estaba llena de agua.

Con este rey el reinado de la Casa de Austria termina en España y la Casa de Borbón comienza con su heredero. Este testamento y su cumplimiento trajo al país una desastrosa guerra civil, conocida como la Guerra de Sucesión Española.

Vídeos de Carlos II de España

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