
Los primeros años
Llamado Gómez Suárez de Figueroa, en memoria de uno de sus abuelos, el Inca Garcilaso de la Vega nació en Cuzco el 12 de abril de 1539, pocos años después de la muerte de Atahualpa, el último soberano Inca. Era hijo natural del capitán extremeño Sebastián Garcilaso de la Vega Vargas, conquistador de noble linaje de Castilla, y de Palla Chimpu Ocllo, bautizado como Isabel, nieta del Inca Túpac Yupanqui y sobrina del Inca Huayna Cápac.
El quechua es su primera lengua y los niños indígenas y mestizos fueron sus compañeros de juego en sus años de infancia, que pasó en Cusco con su madre y sus parientes más cercanos en una casa noble de Cusipata. Gracias a la posición privilegiada de su padre, que perteneció a la facción de Francisco Pizarro hasta que pasó al lado del Virrey La Gasca, el Inca Garcilaso de la Vega recibió en el Cusco una cuidadosa educación junto a los hijos de Francisco y Gonzalo Pizarro, mestizos e ilegítimos como él.
Viaje a España
A la edad de veintiún años, cuando su padre murió, Garcilaso se trasladó a España en busca de los parientes de su padre y para hacer gestiones para obtener una pensión por los servicios que había prestado a la corona. Los procedimientos ante el Consejo de Indias se vieron frustrados y el joven no pudo obtener ningún ingreso.
En 1561 se instaló en Montilla, ciudad en la que fue acogido por su tío paterno, el capitán Alonso de Vargas, veterano de las guerras italianas, de cuya casa (en la calle del mismo nombre) rara vez salía. Siguió usando el nombre de Gómez Suárez de Figueroa, hasta que en 1563 adoptó el nombre de su padre, Garcilaso de la Vega. Después de que su intento de regresar al Perú fracasara, se estableció definitivamente en la Península. En este contexto se convirtió en español y perfectamente bilingüe.
Luego entra en la milicia al servicio del rey para hacer carrera militar, combatiendo en la guerra de las Alpujarras contra los moros en 1570, obteniendo, también él, la conducta de capitán. Más tarde también luchó en Italia, donde conoció al filósofo neoplatónico Leo el hebreo.
Historiador y escritor
Siguiendo las tendencias humanistas en boga, Garcilaso el Inca inició un ambicioso y original proyecto historiográfico centrado en el pasado americano, y especialmente en el de Perú. Considerado el padre de las letras del continente, en 1605 presentó en Lisboa su Historia de la Florida y el viaje que le hizo el gobernador Hernando de Soto, título que se sintetizó en La Florida del Inca. La obra contiene la crónica de la expedición de aquel conquistador, según las historias que él mismo recogió a lo largo de los años, y defiende la legitimidad de imponer la soberanía española sobre esos territorios para someterlos a la jurisdicción cristiana.
Sin embargo, el título más famoso de Garcilaso el Inca fueron los Comentarios Reales, cuya primera parte apareció en 1609, también en Lisboa. Escrito a partir de sus propios recuerdos de infancia y juventud, de contactos epistolares y visitas a personajes destacados del virreinato del Perú, el relato constituye, a pesar de los problemas de sus fuentes orales y escritas y de las incongruencias de muchas fechas, uno de los intentos más exitosos, tanto conceptual como estilísticamente, de salvaguardar la memoria de las tradiciones de la civilización andina. Por esta razón se considera su obra maestra y se ha reconocido como el punto de partida de la literatura hispanoamericana. La segunda parte fue publicada en Córdoba en 1617.
Los últimos años
En 1612 compró una capilla del ayuntamiento para su entierro. Al final de sus días incluso se unió al estado clerical, pero sólo de órdenes menores. El 12 de abril de 1616, cumplió 77 años, y seis días después, estando enfermo, hizo su testamento.
Finalmente, Garcilaso murió en Córdoba, España, el 22, 23 o 24 de abril de 1616 (este último es el que consta en su acta de defunción conservada en la catedral de Córdoba, fecha que es cuestionada por varios historiadores).
Diego de Vargas, hijo suyo y de doña Beatriz de la Vega, se ocupó del entierro de la capilla adquirida por Garcilaso, donde permanecen sus restos.
Vídeos de Inca Garcilaso de la Vega
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