
Biografía de platón resumen
Nació en una familia aristocrática. Abandonó su vocación política, atraído por Sócrates, y se dedicó a la filosofía. Siguió a Sócrates durante veinte años y se enfrentó abiertamente a los sofistas (Protágoras, Gorgias, etc.). Tras la muerte de Sócrates (en el año 399 a.C.), se apartó completamente de la política; sin embargo, las cuestiones políticas siempre ocuparon un lugar central en su pensamiento, y llegó a concebir un modelo ideal de Estado.
Viajó por el este y el sur de Italia, donde entró en contacto con los discípulos de Pitágoras; más tarde pasó algún tiempo como prisionero de algunos piratas, hasta que fue rescatado y pudo volver a Atenas.
Fundó una escuela de filosofía en el año 387 a.C., situada en las afueras de la ciudad, junto al jardín dedicado al héroe Académico, de donde proviene el nombre de Academia. La Escuela, una especie de secta de sabios organizada con sus reglamentos, residencia de estudiantes, biblioteca, aulas y seminarios especializados, fue el precedente y el modelo de las instituciones universitarias modernas.
Estudiaba e investigaba todo tipo de materias, ya que la Filosofía abarcaba la totalidad del conocimiento, hasta que poco a poco fueron apareciendo disciplinas especializadas -en la propia Academia- que dieron lugar a ramas diferenciadas del conocimiento, como la Lógica, la Ética o la Física. Sobrevivió más de novecientos años, hasta que el emperador Justiniano ordenó su cierre en el año 529, y en ella se educaron personajes tan fundamentales como Aristóteles.
A diferencia de Sócrates, que no dejó ninguna obra escrita, las obras de Platón se han conservado casi por completo y se le considera el fundador de la filosofía académica (aunque su obra es fundamentalmente un desarrollo del pensamiento sócrata). La mayoría de ellas están escritas en forma de diálogos, como los de La República, Las Leyes, El Banquete, Fedro o Fedón.
El contenido de estos escritos es una especulación metafísica, pero con una evidente orientación práctica. El mundo del verdadero ser es el de las ideas, mientras que el mundo de las apariencias que nos rodea está sujeto a continuos cambios y degeneración. Asimismo, el hombre es un compuesto de dos realidades diferentes unidas accidentalmente: el cuerpo mortal (relacionado con el mundo sensible) y el alma inmortal (perteneciente al mundo de las ideas, que contempló antes de unirse al cuerpo). Este hombre dual sólo podía alcanzar la felicidad mediante un ejercicio continuo de virtud para perfeccionar el alma; y la virtud significaba en primer lugar la justicia, un compendio armonioso de las tres virtudes particulares, que correspondían a los tres componentes del alma: la sabiduría de la razón, la fuerza de la mente y la templanza de los apetitos. Para Platón, el verdadero hombre será el que pueda vincularse a las ideas a través del conocimiento, un acto intelectual -y no a través de los sentidos- que consiste en que el alma recuerde el mundo de las ideas del que procede.
Pero la realización completa de este ideal humano sólo puede realizarse en la vida social de la comunidad política, donde el Estado da armonía y consistencia a las virtudes individuales. El Estado ideal de Platón sería una República formada por tres clases de ciudadanos -el pueblo, los guerreros y los filósofos-, cada una con su misión específica y sus virtudes características: los filósofos estarían llamados a gobernar la comunidad, porque poseen la virtud de la sabiduría; mientras que los guerreros velarían por el orden y la defensa, apoyándose en su virtud de la fortaleza; y el pueblo trabajaría en las actividades productivas, cultivando la templanza.
Las dos clases superiores vivirían en un régimen comunitario donde todo (bienes, niños y mujeres) pertenecería al Estado, dejando a la gente común instituciones como la familia y la propiedad privada; y sería el Estado el que se encargaría de la educación y la selección de los individuos según su capacidad y virtudes, para asignarlos a cada clase. La justicia se lograría colectivamente cuando cada individuo se integrara plenamente en su función, subordinando sus intereses a los del Estado.
Platón trató de poner en práctica sus ideas filosóficas aceptando acompañar a su discípulo Dion como preceptor y consejero del joven rey Dionisio II de Siracusa; el choque entre el pensamiento idealista del filósofo y la cruda realidad de la política hizo que el experimento fracasara dos veces (367 y 361 a.C.).
Sin embargo, las ideas de Platón siguieron influyendo -por sí mismas o a través de su discípulo Aristóteles- en toda la historia posterior del mundo occidental: su concepción dualista del ser humano o la división de la sociedad en tres órdenes funcionales serían ideas recurrentes en el pensamiento europeo durante siglos. A finales de la Antigüedad, el platonismo se enriqueció con la obra de Plotino y la escuela neoplatónica (siglo III a.C.).
Muerte
En el último período de su vida, Platón continuó dirigiendo la Academia y escribió Timeo, Críticas y Las Leyes, que quedaron sin terminar.
Murió en su ciudad natal, Atenas, en el 347 a.C.
Vídeos de Platón
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